
La psicología para adolescentes se recomienda cuando observamos cambios importantes en la actitud de los menores, más allá de las alteraciones habituales de esta etapa.
La adolescencia y la pubertad coinciden entre los 10 y los 16 años, cuando se producen los cambios fisiológicos que desembocan en la maduración de los órganos reproductores.
Tras el desarrollo masculino y femenino, que es más precoz, la etapa adolescente se prolonga hasta los 18 o 20 años. El final de esta etapa depende de cada persona y se reconoce cuando el individuo es aceptado socialmente por el mundo adulto de su entorno.
Esta etapa es la más difícil dentro del proceso evolutivo de las personas. Se producen importantes cambios hormonales que afectan no sólo al aspecto físico, sino que implican continuos cambios emocionales.